Viernes 31/3
No es que las cosas en Nicaragua sean caras, pero algún día se me tendría que acabar el dinero que traje conmigo de España. La idea consistía en que mi hermana me lo enviase a un banco que únicamente tiene sucursal en Managua. Existen otros medios mediante los que se puede recibir el dinero en Somoto, pero este método es, con diferencia, el más rápido y barato (sólo te cobran 5€ por enviar hasta 3.000€, mientras que por cualquiera de las otras maneras siempre te van a cobrar al menos un 5%). El caso es que, ya que tenía que desplazarme a Managua, aprovecharía para viajar con Freddy y Xulio Xulio es un chico de Ourense que trabajaba con Amigos de
Los nicas nunca te van a decir que no a nada. Esto, que parece una ventaja para cualquiera que les solicite algo, no lo es en absoluto, porque ellos te dicen “si, si”, pero están pensando “y una leche…”. El método más habitual al que suele recurrir un extranjero en Nicaragua para lavar su ropa es pedirle a una señora que lo haga, ya que aquí las casas no tienen lavadora. Te suelen cobrar por ello unos 20 o 30 pesos. Yo se lo pedí a una, y me dijo “si, pero ahora no tengo detergente, mejor mañana”. Se lo pedí al día siguiente y me dijo “si, pero es que esta semana me voy a cambiar de casa y no puedo, dígamelo la semana que viene”, y así día tras día. Lo que pasa es que no le daba la gana de lavármela, pero por no decir que no, se inventan lo primero que se les ocurre. Esto venía a que Freddy, Xulio y yo les habíamos preguntado a unas señoras de Managua que venían a dar unos cursillos a Somoto si podíamos volver con ellas a la capital al día siguiente. Ellas dijeron; “si claro”. El caso es que, una hora antes de volver, se me ocurrió decirle a Freddy que les recordara a las señoras que íbamos a viajar con ellas. Pero ellas dijeron que habían decidido no viajar y quedarse en Somoto ese día. Yo creo que ya lo habían decidido el día anterior, pero no les dio la gana de decir que no. Para mala suerte nuestra el último bus de Somoto para Managua ya había partido. Lo único que pudimos hacer fue ir en taxi a toda pastilla al empalme con otra carretera por donde pasaba otra línea. Allí pudimos coger el último bus, en el que se podía leer en el frontal “las torres gemelas”. Subimos, pero no había sitio, así que tuvimos que ir de pie una buena parte del camino. El recorrido del autobús de este bus no es como el que cojo habitualmente, sino que este es ruteado, es decir, que para en cuanto sitio hay. Salimos de Somoto en el taxi a las 4 de la tarde y llegamos a Managua a las 9 de la noche. Menos mal que había recurrido por enésima vez a mis pastillas antidiarreicas. En otro capítulo os contaré como va mi relación con mi mascota la ameba.
Guille nos estaba esperando en la estación de bus. Xulio y yo fuimos para su casa y al poco de llegar nos metimos en la cama. Ambos dormíamos en la misma habitación, así que estuvimos media noche hablando de historias de albergues y campamentos de verano en los que trabaja Xulio cada año.
1 Comentarios:
Peculiar? ... que clase de descripción é isa?!. Soa a que queres definir a Xulio dalgunha maneira ... pero no te atreves e usas ese peculiar térmo ... mmmm ... "peculiar" ... pero que can!.
Lembra que nesas conversas de última hora da noite deches moitos datos interesantes ... mmm, je je. AInda podo facer chantaxe con eles. Por certo, todo o que eu dicia era inventado!
Un saudiño
Xulio, "peculiar" ¬¬
P.D.: lástima de ameba, que non rematou o seu traballo! XD
3:59 p. m., mayo 19, 2006
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