En un principio tenía pensado regresar a Managua el lunes, pero Guille y Xulio me invitaron a acompañarlos a un pueblo llamado Puerto Morazán, cercano a la frontera con Honduras en
la Costa Pacífica, donde Xulio tenía que hacer una evaluación de un proyecto que había financiado Amigos de
la Tierra. El viaje era largo, pero al hacerlo en coche se hizo mucho más llevadero que mis habituales viajes en autobús. A mitad de camino pasamos cerca del volcán San Cristóbal, el volcán más alto de Nicaragua. Al lado de éste se encuentra otro más pequeño y de aspecto menos amenazador, el volcán Casitas. Cuando fue el huracán Mitch, en el año 98, en la ladera de esa montaña se hizo un deslave que arrasó gran cantidad de terreno. Un deslave es un fenómeno geológico, en el que una zona de tierra con poca cobertura vegetal se satura de agua y se derrumba, creando una especie de tsunami de lodo. Se llamó el deslave de Casitas, y en él murieron 4.000 personas. Como huella de aquello todavía se puede observar un corte en la falda del volcán. Xulio y yo nos sacamos una foto con el volcán San Cristóbal de fondo, que es más bonito y menos peligroso, aunque humee constantemente.
Más adelante, el camino se hizo duro, porque buena parte de él transcurría sobre carreteras de tierra sin asfaltar. Si alguna vez venís a Nicaragua y lo que queréis es compraros un coche resistente acordaros del Toyota Yaris familiar. Cualquier otro coche no soportaría ni la cuarta parte de los caminos por los que ha transitado este. En esta zona las casas son mucho más pobres que las que puedes encontrar en las aldeas de Somoto. En Somoto la mayoría son de adobe y teja, pero aquí no llega a ese nivel y la gente se tiene que conformar con unos ranchitos de palmas. Quizás no me creáis si os digo que la gente, en el fondo, no parece infeliz ni se siente desafortunada. De hecho, la mayoría parece más contenta de lo que puede ser mucha gente en el primer mundo.
A la llegada al pueblo al que nos dirigíamos nos recibió el personal de la alcaldía y los integrantes de la cooperativa con la que había trabajado Amigos de la Tierra. El proyecto consistía en llevar a cabo una granja camaronera, en la que dar trabajo a antiguos leñadores de mangle, haciendo que estos abandonaran su antiguo oficio, ya que el mangle es parte de uno de los ecosistemas más delicados y útiles de la zona. La experiencia fue muy interesante. Por tercer día consecutivo nos tocó hacer senderismo para poder llegar a la granja. Lo que llaman granja, no es realmente una granja (no tienen a los camarones pastando). Es una planicie tierra adentro que se inunda cuando sube la marea río arriba (lo que llaman el estero). Son playas salitrosas como la que se puede ver en la fotografía. El color blanco procede de la sal que deja el agua de mar al retirarse cuando baja la marea. Para cultivar el camarón se levantan unos muros de tierra que cercan una gran cantidad de playa salitrosa haciendo una especie de piscina. En la época indicada del año se depositan las larvas de camarón en la playa y se rellena la piscina con el agua del estero por medio de una bomba. Cuando las larvas se vuelven adultas, al cabo de unos meses, se hace salir el agua de la piscina por unos filtros, donde queda atrapado el marisco. Cuando comáis un camarón que no sea de la ría, pensar que igual viene de Nicaragua.
Teníamos pensado comer en Puerto Morazán, pero el único restaurante que daba comidas no ofrecía las condiciones mínimas higiénico-sanitarias que nosotros exigíamos. Quizás las de Guille y Xulio sí que las cumplía, pero se acordaron de mi delicado estómago, y decidimos que era mejor comer en otra parte.
De regreso a Managua, paramos en la ciudad de León. Como ya dije, León es la segunda ciudad de Nicaragua y llegó a ser la capital durante la República. Creo que Granada es más conocida que León, pero Granada es una ciudad turística. León es una ciudad más activa, que tiene mayor poder cultural, económico y social. Es una ciudad con mucha vida. Cuando Hernández de Córdoba la fundó, estaba situada un poco más al sur, más cerca de lo que hoy es Managua y al pie del volcán Momotombo. No duró mucho tiempo en esa ubicación ya que una erupción la devastó. Fue refundada posteriormente en su situación actual. Lo más interesante de León es su Universidad (al estilo de Santiago de Compostela) una de las más importantes de Centroamérica, y la catedral, que queda en la plaza central de la ciudad.
Precisamente nosotros comimos en un restaurante para extranjeros que queda enfrente de la catedral, llamado El Sesteo. Xulio pidió para beber un batido de plátano con leche y canela. Estaba riquísimo. Tras dar la ruta turística de rigor, compramos el pastel típico (El Pío V) y volvimos a Managua (no sin antes estar a punto de que me atropellase una bicicleta).
La estancia en Managua la rematamos en el restaurante “Mi Pueblo”, al que había ido hace tiempo con un cura, una vieja y Ofelia. Pedimos unos platos sencillos para picar un poco de todo, y de nuevo, cansados, nos fuimos a dormir.
Al día siguiente viajé de nuevo a Somoto.
2 Comentarios:
Feliz Cumpleaños, campeon!!
11824
Felicitaciones de la familia desde tierras palentinas. Cada vez tienes más pinta de Sudaca, y eso que sólo llevas un par de meses!!
11:16 a. m., abril 08, 2006
Manoooooooooloooooo!!!!!!!!
Que é da túa vida? primeiro engánchasnos ó blog e despóis déixalo colgado.
Xa me contaron que andas por zonas nas que non te podes conectar que ademáis te olvidáchelo cargador do móvil (quítalle o contestador cabronazo)e andas un pouco incomunicado.
Avisa cando teñas móvil de novo que che pego unha chamada.
Espero que todo che vaia ben, e ánimo que só che queda un mes e xa temos ganas de verte por aquí.
1:17 p. m., abril 17, 2006
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