Cómo es Somoto
Somoto es un pueblo de unos 16.000 habitantes del norte de Nicaragua. La zona donde se sitúa es eminentemente árida, así que este lugar, en pleno verano (En Marzo), es poco menos que desértico.
Si fuese necesario definir Somoto con tres palabras, esas serían: polvo, sol y tranquilidad.
Es un sitio soleado. Desde que yo llegué (va a hacer un mes) aquí jamás ha llovido. La temperatura suele ser siempre agradable. Sólo hace calor excesivo a mediodía, pero el resto del tiempo, incluso en la noche, hace una temperatura ideal. Aquí todo el mundo usa una visera o un gorro de cowboy, porque el sol es como la saraiba en Galicia, que parece que no moja, pero empapa, y aquí el sol, parece que no quema, pero abrasa.
El polvo es omnipresente. Sólo las calles principales están adoquinadas (el adoquín es más resistente que el asfalto). Las otras son de tierra con muchas piedras. Por tanto, hay polvo por todos lados. En la ciudad hay varios limpiabotas, y todos tienen trabajo.
Otra característica relevante es la tranquilidad. El pueblo es tranquilo, muy tranquilo. Pero no por el hecho de que no haya gente en la calle, que sí que la hay. Lo que pasa es que la gente anda despacio, con calma. Es raro ver a alguien gritar y nunca se produce demasiado alboroto. Algo que me llama mucho la atención y que forma parte de la cultura Nica es la costumbre de sentarse en una esquina sin más. Sobre todo, a última hora de la tarde es habitual ver a gente sentada en los bordillos de las aceras o apoyados contra una pared. Vosotros pensaréis que esto no tiene nada de particular, que se hace en todos los sitios, pero es que aquí es más que una costumbre, es una forma de vida. Es común que las calles estén llenas de gente sentada en grupos o simplemente dejando el tiempo pasar.
Las casas aquí, como no, son de una sola planta. Suelen ser casas con aspecto antiguo (aunque sean nuevas), pintadas de diversos colores. Sus paredes son aprovechadas en la mayoría de los casos para dibujar anuncios. El primer puesto del ranking se lo lleva Coca-cola. En segundo lugar están los partidos políticos (que aquí hacen campaña publicitaria de forma permanente), y en tercer lugar, e irrumpiendo con fuerza, en busca del primer puesto: Movistar. En este pueblo hay anuncios por todas partes.
Los medios de locomoción preferidos son la bicicleta, el burro y la motocicleta de montaña, por este orden. Casi todo el mundo se desplaza en bicicleta. La ciudad es bastante grande y de relieve plano, lo que la hace totalmente indicada para su uso. Luego están los caballos, aunque también se ven bastantes burros. Los caballos son baratos: uno normalito que te lleve y que te traiga puedes sacarlo por 1000 pesos (50€). Las motos son el medio de locomoción preferido de la gente que ya tiene un poco más de dinero o tiene un trabajo cualificado. En el caso de los coches, son escasos, y los que hay suelen ser viejos y destartalados, de marcas irreconocibles (normalmente japonesas, como Datsun o Isuzu, por ejemplo). La gente que mueve un poco de dinero o tiene un negocio de mercancías tiene un todoterreno pick-up (con cajón en la parte de atrás), que ellos llaman camioneta. A veces se ve pasar un mustang rojo tuneado con llamas y lucecitas que parpadean por la calle central. Hace un contraste llamativo. Pertenece a un médico que se fue a USA a trabajar para comprar el mustang y luego volvió con él para presumir en su pueblo.
Por la calle los comercios invaden las calles. En un principio se limitan a poner artículos en la puerta, pero más tarde acaban vendiendo cosas en toda la acera. En todas las esquinas se vende de todo, pero lo que más abunda es la comida. Destaca la venta de fruta (mandarinas, piñas, sandías, jocochas, etc.). Los nicas tienen afición por la fruta verde tomada con sal. Para una persona que no esté acostumbrada no es recomendable. Existen frutos tan amargos, que en comparación, comerse un limón llega a parecer una anécdota. Las jocochas verdes son tan amargas que al comerlas crees que se te van a salir las glándulas salivares de la boca. También es habitual encontrarse en la calle las típicas fritangas, donde asan todo tipo de carnes acompañadas por plátanos o tortas de maíz. A parte de frutas y fritangas hay cualquier otro tipo de alimentos. Hay carros que venden plátanos, viejos que venden frescos (zumos con mucho, mucho azúcar rebajados con agua, servidos en una bolsa plástica atada, lista para que muerdas una esquina y chupes de ella), chicas que venden tortas…
Por Somoto corretean muchos niños, más de la mitad de los habitantes tienen menos de 15 años. La población aumenta a un ritmo vertiginoso. Y es normal, porque cada familia tiene una media de cinco hijos. Es raro que una persona de mi edad no tenga por lo menos un par de ellos. A estas alturas ya no me sorprende que me pregunten cuantos niños tengo.
No sé si debería hablar de esto, porque quizás algún nicaragüense que lo lea se puede sentir ofendido, pero en el fondo todos saben como son las cosas. Uno de los problemas principales de este país y también, como no, de este pueblo, es la desestructuración de las familias. Puedes encontrarte con un chico alardeando de haber dejado embarazada a una niña de 12 años. Es habitual ver niñas de 14 años embarazadas, y de 20 con tres o cuatro hijos. Es habitual que su marido no trabaje o deje abandonada a la mujer con 5 ó 6 hijos a su cargo. Puede pasar también que él sea alcohólico o ludópata. Es normal que los hombres tengan hijos con varias mujeres o que a ellas les atraigan los hombres casados. Están a la orden del día los malos tratos y las violaciones dentro del ámbito familiar. Al andar por la calle no es difícil ver a las 2 de la tarde a un hombre tirado en la acera, babeando mientras duerme, con una botella en la mano, o simplemente borracho andando sin rumbo de un lado a otro de la carretera. Oí hablar de un hombre que presumía de tener dos hijos con dos mujeres distintas, que coincidieron de parto, el mismo día en el mismo hospital. Allí, hablando entre ellas se dieron cuenta de que sus hijos eran del mismo padre. Este país es una mina para el "Diario de Patricia".
Por otra parte, está la religión. Ese es el contrapunto a tanto desorden sociológico. Los nicas se muestran absolutamente creyentes. En todas partes aparecen símbolos religiosos, aunque de diversas religiones. Yo estimaría que entorno al 50% de ellos son católicos, un 20% evangelistas, un 10% testigos de Jehová y otro 10% mormones. El 10% restante pertenecen a otras religiones o sectas. La gente suele hacer demostración pública de su fe. Mi opinión personal es que, generalmente, cuando alguien se ve en una situación difícil (cosa que suele pasar en estos países), necesita echar mano de algo, algo superior que esté ahí para ayudarle. Y ese siempre es dios.
A veces me pregunto si este viaje cambiará en algo mi vida, pero hay una cosa que sí tengo clara, y es que me hará más tolerante con todas las religiones, porque yo no sé si dios existe, pero sí se que a veces hace falta pensar que existe.
Pero bueno, como ya dije, esta es mi opinión personal. Advertir también que no todos los nicas son así, hay de todo, y mucha gente con una vida perfectamente compuesta y equilibrada, aunque generalmente, esto se da en personas con un nivel cultural más alto que el típico hombre de a pie.
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