o verdadeiro heroísmo está en transformar os desexos en realidades e as ideas en feitos "sempre en Galicia"

sábado, febrero 18, 2006

Primer día

El viaje desde Miami no estuvo mal, salimos un poco retrasados. El avión era de American Airlines. Era un poco antiguo, pero bastante amplio y cómodo. Te dejan una manta para pasar el viaje, así que la apoyé contra la ventanilla y me eche a dormir desde que despegamos hasta que aterrizamos. Aquí no nos dieron cena, pero a cambio nos obsequiaron con una bolsita de 50g. de chasquis. También nos dieron los papeles que hay que entregar en la aduana de Nicaragua. Por lo menos en estos preguntaban cosas normales, no idioteces.

Aterrizamos a las 21.00, hora Nica. Desde el aire Managua se ve como una ciudad muy grande, pero grande a lo ancho, no a lo alto, porque no hay edificios. Todo son construcciones bajas, la mayoría de una planta, o como mucho de dos.
Al salir del avión, un calor sofocante te deja medio atontado, pero cuando te sacas el la chaqueta polar que lleva contigo todo el viaje ya se hace más llevadero. La terminal del aeropuerto me dejó muy sorprendido, me esperaba algo mucho menos elegante. Entregamos los papeles de aduanas, pagamos 5$ (todavía no sé a cuento de qué), y pude recoger mi maleta sana y salva. En contra de lo que habría apostado, mi maleta también llegó a Managua.

Al salir por la puerta allí estaban Guille y su mujer, Ofelia. Me alegré mucho de verlos. Tenía la sensación de que hacía siglos que no veía una cara conocida. Me aclaró que la terminal estaba recién reformada. Cuando salimos del aeropuerto, la primera sensación fue la de percibir un olor muy familiar. Olía a tarde de verano. Olía como huelen los jardines en Galicia a las 7 de la tarde de los días más calurosos. Un poco a hierba, un poco a tierra e incluso un poco a cloro. La sensación ambiental es la misma que se tiene en esas tardes de agosto en las que de repente aparecen hormigas con alas por todas partes. La temperatura sería de unos 25-30 grados.
Guille tiene un Toyota Yaris sedane. Nunca había visto uno. Aquí casi todos los coches son japoneses. No se ven coches europeos. Es un coche un poco raro, porque la consola de mandos no se encuentra detrás del volante, sino en el centro del coche. Un detalle interesante; no tiene calefacción.

La casa de Guille se encuentra casi en la otra punta de la ciudad. Vive en lo que se podría llamar el extrarradio, pero no tal y como nos lo imaginamos nosotros, porque todas las casas son del estilo extrarradio. Es una casita de dos plantas, con un ligero aire colonial. Es muy bonita, las maderas del interior son todas nobles. No sabría decir cuanto tiempo tiene esta casa, quizás tenga menos de 10 años, pero estilos de construcción de determinadas partes de la casa te hacen recordar casas más antiguas. En el exterior tiene un pequeño jardín en el que hay cocoteros, arbustos de chile (el chile son una bolitas que da esta planta, y con solo rozarlas con un dedo y pasártelo por la boca, te puedes hacer una idea bastante exacta de lo picantes que son), plataneros, y otras plantas y árboles que no reconozco.

A mí me tenían preparada la habitación de invitados, con una cama muy grande de matrimonio cubierta de sábanas blancas. Todavía eran las 22.30, pero nos fuimos a dormir porque para Guille y Ofelia la jornada laboral empieza muy temprano, se levantan entorno a las 5 de la mañana. Yo no tenía pensado levantarme a esa hora, pero como la noche anterior no había dormido, también me metí en cama. Aquí en Nicaragua, la palabra mediodía tiene más sentido que en ningún otro lado, porque el día empieza sobre las 6, y anochece a las 6 de la tarde. Lo de medianoche también le viene al pelo.

Antes de meterme en cama rocié un poco de spray repelente de mosquitos sobre mí y sobre las sábanas. Estaba un poco acojonaillo con el tema de los mosquitos, pero Guille me tranquilizó diciendo que esta era una época de pocos mosquitos, aunque de todos modos me metiera debajo de las sábanas. De noche hace calor, tanto como en los peores días de agosto en Sanxenxo, pero los nicas (los habitantes de Nicaragua), duermen con el abanico encendido (el ventilador). A mí también me pusieron uno. Se agradece muchísimo, refresca y además te podría espantar a los mosquitos (si los hubiese). Dormí como un bebé.

Hoy me desperté a las 9.00. En la casa vive una prima de Ofelia, que es la encargada de cuidar a los niños (Carlos y Yalí) cuando ellos no están, además de limpiar la casa y hacer la comida. Ella misma me preparó el desayuno. Me ofreció un plato con taquitos de sandía (impresionante), plátano, y melón (melón de color naranja, un poco más dulce que el de España) y aguacate. Por encima se le echan cereales, pero no cereales tipo Kellogs, sino semillas propiamente (avena, salvado de trigo…). Normalmente se pasa por encima una miel que es más ligera que a la que estamos acostumbrados. También me puso media pota de café (un café muy suave, se toma sólo) y para mi sorpresa, unas magníficas filloas. Pero no algo parecido a filloas, sino filloas totalmente iguales a las de mi casa.

Al acabar de desayunar decidí buscar un teléfono para llamar a casa. Esta es una zona muy tranquila, y es difícil encontrar establecimientos. Cerquita hay una tienda (una venta) en la que se anuncia “teléfono público”. Fui a solicitar una llamada, pero me dijeron que no podían hacer llamadas internacionales. La opción que tenía era irme a un ciber, pero queda a más de una hora de camino, y hoy hay huelga de autobuses. De todos modos todavía no me atrevo a salir solo a más de 100 metros de la casa de Guille. Ya os contaré el porqué. Realmente esta es una ciudad muy singular.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

Xa che digo¡¡ Eso e un desayuno e o demais son contos.Esta moi chula a casa de Guille.Haber si podes poñer mais fotos e actualizalo mais a menudo, e haber si coincidimos algunha vez no messenger.Coidate e ten coidado cos mosquitos.Saudos.

9:02 a. m., febrero 19, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

jo, tio, parece que te has ido a hacer crítica gastronómica en vez del proyecto, si le quitas las partes de comidas, te quedan cuatro lineas sobre un negro,dar el tiempo y poco más. No en serio, mola la historia ésta, está muy bien. Cuidate mucho, y pasatelo en grande.

10:21 a. m., febrero 19, 2006

 

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