o verdadeiro heroísmo está en transformar os desexos en realidades e as ideas en feitos "sempre en Galicia"

martes, febrero 21, 2006

Las Delicias

Creo que ya comenté que Ofelia (la esposa de Guille) trabaja par un colegio de niños huérfanos. Se encarga de llevar a cabo proyectos agrícolas para obtener dinero para la sustentabilidad del centro. La escuela tiene bajo su propiedad una finca denominada Las Delicias, donde tienen una plantación cafetalera. El otro día me invitó a ir con ella a visitarla.

Yo pensé que iríamos los dos solos, pero el viaje consistía en ir en el todoterreno de una vieja ricachona, con un cura jovencito con cara de espabilado, con Ofelia, y por supuesto con la vieja. La finca queda en un lugar denominado “El Crucero”. Está en la cima de una montaña que queda a una media hora en coche desde Managua. Me imaginaba que me iba a encontrar con una finquita con una especie de jalpón, pero lo que había allí era una señora casa que dominaba una extensión al más puro estilo Falcon Crest. Para que os hagáis una idea, se están planteando hacer dentro de ella una ruta de senderismo.

Los cafetales se cultivan en una pendiente muy pronunciada (entorno al 25%) bajo árboles de sombra. Al fondo del valle, donde acaba la pendiente, cultivan plátanos. No nos dio tiempo a ver la finca por la parte de abajo, pero me dijo Ofelia que allí podíamos encontrar monos. Aquí os dejo una foto de una planta de café. Sólo sale un granito porque en esta época no hay muchos.

Cuando salimos de la finca eran sobre la una de la tarde. De camino a Managua, cogimos un desvío por un camino de tierra y empezamos a bajar desde la parte alta de la montaña al valle. Era una zona boscosa y totalmente salvaje. Ofelia me dijo que íbamos a echarle un vistazo a un restaurante nuevo que habían abierto.

¿Unrestaurante en el medio del monte?. Como no sea una tasca para leñadores, pues no sé yo…

Cuando vi el restaurante quedé alucinado. Era una casa preciosa de una sola planta al pie de un jardín, con una cascada, un estanque con peces de colores y un puentecillo de madera que cruzaba un pequeño río. Este era un verdadero restaurante VIP. Me entró la curiosidad y no pude contenerme en preguntar cuanto costaba una cena. Resulta que por 10 dólares arreglas una espléndida comida. Más o menos lo mismo que cuesta un chuletón en el restaurante el Ché de la Adina.

Al irnos del allí, la vieja y el cura se pusieron a hablar de comida, así que les debió de entrar el hambre y nos fuimos de camino a otro restaurante. Ofelia y yo, como mandados que éramos, tuvimos que acompañarles. Esta vez nos llevaron a uno que se llamaba Mi Pueblo, que estaba en un mirador de una montaña. Puro lujo. ¿Alguna vez probasteis a comer en el medio del bosque como si estuvierais en un restaurante? Pues en eso consiste. Aquí se lo pueden permitir, porque no hace frío ni de día ni de noche y en esta época llueve de pascuas en ramos. En las fotos podéis vernos a Ofelia y a mí en la “puerta” del restaurante.

Encargamos para comer un par de sopas de gallina (son una especie de cocido que lleva de todo, mazorcas, pimiento, yuca, etc. y por supuesto, algo de gallina), unas tortas con una especie de ensalada con crema blanca y un plato de plátano frito con queso frito. No estuvo mal, pero ya empezaba a sospechar a estas alturas que la comida nicaragüense no estaba hecha para mí. Para beber, lo habitual son los frescos. Son unos zumos rebajados con agua y con bastante azúcar. Más adelante os hablaré más extensamente de la comida, porque se merece un capítulo a parte.

El caso es que acabamos de comer y la viejecita se ofreció a pagar la cuenta. Era evidente que tenía pasta por la manera de vestir, por la manera de hablar y porque era blanquita. Sacó de mastercard canceló la deuda. En ese momento entendí por qué el cura era tan amiguito de ella (jeje). Para mí fue una situación curiosa. Sentí lo que siente un tío con pasta cuando entra en un restaurante de lujo. Sentí que podía pedir lo que quisiera sin preocuparme por la cuenta. Lo cierto es que tampoco pedimos una comida especialmente cara, pero al entrar en un sitio de este estilo en España habría hecho que me sintiese desplazado.

Mucha gente me pregunta si las cosas aquí son muy baratas… y yo les respondo; esto es una locura. Hay cosas muy, muy baratas y cosas muy caras. Por ejemplo. La gasolina vale lo mismo que en España, pero este no es un buen ejemplo porque el precio lo estipulan los mercados internacionales. Otro ejemplo es la leche. Un tetrabrick de un litro te puede costar 1,5€ al cambio. El aceite de oliva vale más que en España. Un bote pequeñito de protector solar te cuesta al cambio 8€. En el otro extremo está, por ejemplo, una comida en un restaurante medio, que te puede costar 25 córdobas (20 córdobas son un euro), o una coca-cola en un bar, que te cuesta 5 córdobas. Un viaje en taxi son 15 córdobas. Un viaje de 270km en bus son 70 córdobas (un kilómetro en el trayecto Gatwik-Heathrow te sale 165 veces más caro que un kilómetro en el trayecto Managua-Somoto; haced el cálculo y comprobadlo). Una noche en un buen hotel con televisión por cable son 90 córdobas. Yo opino que esta variabilidad de precios se debe a las características económicas de este país. Por un lado, los salarios son bajos, muy bajos. Un obrero cobra 150 dólares al mes. Por tanto la mano de obra es barata. Las comidas son baratas porque se realizan con materia prima sin procesar, que es barata, porque los productores cobran poco. Por otro lado, en Nicaragua no se fabrica casi ningún producto elaborado, casi no hay fábricas, entonces todo es importado, por eso los productos procesados son extranjeros (y caros). Si compras cualquier producto envasado (como galletas, zumos, ropa, etc.) podrás leer en la etiqueta que están fabricados en Costa Rica, Honduras, Mexico o El Salvador… Nunca en Nicaragua. El problema de este país es que sale más barato poner a 20 tíos todo un día a cavar una finca que hacer el mismo trabajo en una hora con un tractor. Y si optas por la opción del tractor, a ver de donde lo sacas, porque yo por aquí no he visto muchos.

Seguramente os preguntéis como hace un obrero para llegar a fin de mes con tres o cuatro hijos (de media), una esposa y una amante. Pues no lo sé. Quizás el secreto esté en comer a base de arroz con frijoles y no beber demasiada leche. Lo cierto es que no se ven pobres por la calle, no hay gente pidiendo. Bueno, quizás algún borrachin, pero es con la intención de volver a nivelar la contidad de alcohol en sangre. No creo que nadie se muera de hambre, porque en último caso hay árboles frutales en la calle. Sólo tienes que subirte a uno.

Algo que me llama la atención en el precio de las cosas es que para las cosas baratas los precios se dan en córdobas y para las caras en dólares. Si te compras y móvil o alquilas un coche el precio te lo dan en dólares. No creo que sea para reducir cifras, porque cantidades más grandes manejábamos los italianos y los españoles cuando no había euro. Igual es que los dólares dan más seriedad a las cantidades importantes.

2 Comentarios:

Blogger Manuel Franco said...

Que mal pensada...
Lo que quiere el cura es comer por la cara...

2:04 p. m., febrero 23, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Me ha encantado esta parte del blog. Sobre todo cuando te refieres al trabajo de Ofelia (cada uno tirando para lo que le interesa...) Me encantaría ver su escuela y como trabaja, porque hasta ahora entre la vieja "blanquita" y el cura "caradura"...
Estoy enganchada a tu blog, cada día lo visito un par de veces a ver si aportas algo nuevo. Más fotos please!!! Un bico y come mucha fruta rica!!! Sonia

5:04 a. m., febrero 24, 2006

 

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