o verdadeiro heroísmo está en transformar os desexos en realidades e as ideas en feitos "sempre en Galicia"

martes, abril 18, 2006

7 de Abril

Siento demorar tanto las actualizaciones de mi blog, pero es que he pasado una temporada fuera de Somoto y no he podido conectarme a Internet.

Empezaré por contaros de nuevo algo sobre mi salud. Mi aparato digestivo no da tregua. Pasan las semanas y cada vez estoy un poco más delgado. Ya he roto el soporte psicológico de los 70 Kg y estoy en 69. Desde que salí de mi casa he perdido 11 Kg. Cuando llegue a Galicia va a parecer que vengo de “La Isla de los Famosos”. Lo lógico es que estos problemas estomacales remitan por sí solos con el tiempo, pero lo que me pasa a mí empieza a perder la lógica. He acabado de tomar las pastillas indicadas para terminar con la ameba, he hecho los análisis para comprobar si seguía conmigo y han salido negativos. En teoría, la biodiversidad interna de mi cuerpo se ha reducido. Entonces, yo me pregunto ¿¿¡¡qué narices tengo!!??. Ya no soporto más las náuseas de las mañanas, la continua necesidad de ir al baño y el cansancio que no me abandona. Harto de la situación decidí que ya era hora de acudir a algún sitio serio donde me hiciesen una revisión en condiciones. El jueves 6 de abril llamé a Guille desde Somoto y le pedí que me reservara cita en el mejor hospital de Managua para el sábado.

El viernes 7 era mi cumpleaños. Ya son 24 (como pasa el tiempo). La mitad del día me la pasé en el autobús dirección a Managua. A medio camino atropellamos un ternero que cruzaba la carretera. El conductor estacionó en el arcén, se bajó del bus, y estuvo más o menos una hora buscando por la zona al dueño del ternero para que le pagase los daños en la defensa. Cuando por fin llegué a Managua, cogí un taxi que me dio una ruta turística de casi una hora por la capital, ya que tenía que dejar a un cliente a la otra punta de la ciudad. Finalmente llegué a la oficina de Amigos de la Tierra. Al poco rato apareció por allí Guille. El plan de esa noche consistía en salir a cenar fuera para celebrar mis 24 años.

Fuimos con unos cuantos compañeros de trabajo de Guille a un cenador al aire libre que se llamaba El Bosque. Era un lugar parecido al Mirador de Tiscapa, una especie de restaurante que únicamente tenía una cubierta. Contaba también con una pista de baile y una orquesta que amenizaba la noche con ritmos latinos. El ambiente era familiar, y se podía encontrar a gente de casi todas las edades. Este no es un lugar habitual para extranjeros. Aquí te puedes encontrar la esencia de la noche Nica. A mí me sacó a bailar una señora que pasaba por allí y podía ser mi madre. Intenté evadirla pero no hubo manera. Aguanté una canción y salí pitando.

Los compañeros de trabajo de Guille me compraron una tarta al puro estilo americano. Son de estas tartas que parecen de mentira, con colores fuertes y dibujitos de nata. Estaba personalizada y todo, ponía “Felicidades Manuel”. Les estoy bastante agradecido a todos ellos, porque me hicieron sentir muy acogido estando tan lejos de mi casa. No nos fuimos muy tarde para casa porque todos teníamos compromisos al día siguiente. Yo tenía cita en el Hospital Metropolitano Vivian Pellas.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

ola manu! alégrame saber que xa non tes inquilinos no teu corpo, jeje. weno, a ver si desta vai e lle colles o gustillo ó baile. se ó final che vai acabar gustando e todo, xa nos darás unhas clases cando volvas.

moitos bicos, esperamos verte pronto por galicia. e tranquilo polo peso, que seguro que aqui recuperas.
ah!, saudos de nico, que está desexando coñecerte :-)

10:31 a. m., abril 25, 2006

 

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